Una vez se ha procedido a vender el coche viejo al desguace éste se encargará de darlo definitivamente de baja ante tráfico y reciclar los componentes que de sus entrañas puedan extraerse. Y poco se desaprovecha, la verdad, ya que en los desguaces españoles, por ley, las empresas deben seguir un riguroso proceso de tratamiento a fin de evitar posibles contaminaciones del medio. De ahí que sea preferible tener como modelo de negocio la reventa de las piezas a la venta a peso. Además, claro está, de que éste es más rentable y beneficioso para todos. Por una parte se evita una contaminación innecesaria del medio, por otra se genera una actividad industrial que favorece la economía del municipio y por otra los compradores obtienen piezas usadas de coche de buena calidad.
Ahora bien, cuando estas piezas se sacan del vehículo en cuestión..
..¿donde van a parar las piezas recicladas de un coche?
Pues ya depende del componente en si. Por ejemplo las piezas de coche suelen estar aún funcionales, por lo que se ponen a la venta en los estantes del desguace. Hay algunas de ellas que además tienen mucha acogida, como pueden ser los equipos de sonido/video, los motores o los focos. Otras como las baterías normalmente se reciclan por componentes, donde los ácidos, plásticos y metales suelen ser empleados en industria e incluso para hacer nuevas baterías.
A los cinturones de seguridad les pasa algo parecido a lo que sucede con los airbags, que por seguridad no pueden emplearse nuevamente en vehículos y se valoran más por sus materiales, que pueden ser empleados para realizar aislantes o tapizados.
Los cristales, faros estropeados y salpicaderos, sean de plástico o cristal, se pueden reciclar sencillamente y volver a ser empleados para la elaboración de botellas o materiales sintéticos, que muchas se hacen a base de componentes rehabilitados. Algo muy similar a lo que sucede con los neumáticos, cuyo caucho es muya preciado para reutilizar en parques infantiles o instalaciones deportivas.
¿Es seguro comprar piezas en un desguace?
Debemos ser conscientes que este tipo de empresas están bastante controladas por las autoridades locales y regionales, ya que más allá de que su actividad pueda ser contaminante para el medio ambiente la venta de los componentes puede afectar directamente al estado del parque automovilístico y por ende, a la seguridad. Por ello pasan revisiones periódicas que garantizan que aquello que compremos en sus almacenes cumpla unos requisitos mínimos; en ocasiones incluso es posible encontrar piezas nuevas, bien sea por siniestros de coches nuevos o porque se ha dado de baja el vehículo cuando a éste se le habían cambiado algunas piezas.
También tenemos que tener en cuenta que estos establecimientos, como cualquier negocio, no van a jugar con su imagen dando productos deficitarios; ya que puede que se les compre una primera vez, pero no una segunda; y eso no es sostenible, más aún en la era de Internet, donde todo circula a la velocidad de la luz. Así que sí, es seguro.